Un espacio para reconectar contigo con ternura y presencia.
A veces, vivimos en automático: dando, haciendo, corriendo, comparándonos. Este diario es una pausa amorosa para escucharte, sin juicios. Solo necesitas 5 a 10 minutos al día.
🌸 Día 1: ¿Cómo me siento realmente hoy?
No lo que "deberías" sentir. Lo que de verdad sientes.
¿Dónde lo sientes en el cuerpo?
¿Qué necesitas escuchar hoy?
🌸 Día 2: ¿Qué parte de mí necesita más amor?
Piensa en esa parte tuya que a veces cargas con dureza.
¿Qué le dirías si fuera una amiga?
¿Qué gesto pequeño puedes hacer por esa parte hoy?
🌸 Día 3: ¿Qué sí he logrado?
Aunque sea pequeño. Aunque nadie lo vea.
¿Qué cosas sostengo que casi nadie nota?
¿Qué puedo celebrar hoy de mí?
🌸 Día 4: ¿Cuándo me he sentido más viva?
Recuerda un momento donde fuiste tú, sin miedo.
¿Qué había en ese momento?
¿Cómo podría recuperar algo de eso hoy?
🌸 Día 5: ¿Qué estoy necesitando soltar?
Un pensamiento, una exigencia, una culpa.
¿Qué ya no me sirve?
¿Cómo se sentiría soltar eso, aunque sea un poquito?
🌸 Día 6: ¿Qué parte mía quiero cuidar más?
Tal vez tu cuerpo, tu descanso, tu energía.
¿Cómo puedo cuidarla hoy?
¿Qué límite o autocuidado necesito hoy?
🌸 Día 7: ¿Qué me hace especial?
Mírate con ternura.
¿Qué hay en mí que a veces olvido?
¿Qué cualidades mías merecen ser abrazadas?
🌟 Ritual de cierre diario (opcional):
Al final de cada día, escribe:
Hoy me agradezco por:
Hoy me dolió, pero aprendí:
Hoy me regalo un abrazo por:
Este diario no es una lista de deberes. Es un refugio. Si un día no escribes, no pasa nada. Puedes volver cuando quieras. Aquí no hay castigos, solo bienvenida.
Te abrazas, te escribes, te escuchas.
Comparte este diario con quien también necesite reconectar con su corazón. 💛
Cuando mi hijo se cayó en el colegio (y yo también, por dentro) 💔
Ayer mi hijo se cayó en el colegio 🤕. Fue una herida superficial, nada grave… pero verlo así me dolió más de lo que hubiera imaginado . Lo abracé , limpié su herida, y por dentro me rompí un poco 💔. Pensé: "ojalá hubiera sido yo en lugar de él" 🥺. Y sí, lloré . Me enojé 😠. Me dio impotencia no haber estado ahí para evitarlo, para protegerlo, para detener ese pequeño pero doloroso momento que él vivió .
Como mamá, como papás , uno tiene ese impulso casi animal de querer meter a nuestros hijos en una burbuja , alejarlos de todo mal, de todo dolor, de todo lo injusto y cruel que hay allá afuera. Queremos que no sufran, que no lloren 😭, que no tengan que pasar por esos momentos que duelen el cuerpo, el corazón y el alma.
Pero en la noche, después de que se durmió 😴 y yo aún seguía pensando en lo que pasó, entendí algo importante: mi hijo es un ser humano . Y como todo ser humano, va a tener momentos difíciles . Va a caerse, a lastimarse, a sentirse solo, triste, incomprendido. Va a llorar 😢. Va a frustrarse 😤. Va a enfrentar el rechazo, la burla, la injusticia 😔. Y aunque yo quiera evitarle todo eso, no puedo. Nadie puede.
🙋🏻♀️ Mi deber no es evitarle el dolor. Mi deber es prepararlo para enfrentarlo.
Mi deber como mamá es darle herramientas, que lo fortalezcan desde adentro 💪🏼. Herramientas que le permitan sentir sus emociones sin miedo, sin vergüenza. Que no reprima su tristeza ni su enojo 😞, que no piense que llorar es sinónimo de debilidad. Que aprenda a vivir sus emociones, a reconocerlas, a ponerles nombre 📝, a expresarlas de manera sana. Que entienda que todo pasa: lo bueno, lo malo, lo que parece eterno pero no lo es.
Y sobre todo, enseñarle que su actitud es lo único que siempre va a poder controlar .
Ayer, mientras me contaba lo que había pasado, me dijo con los ojos llenos de tristeza: “Mamá, se burlaron de mí en lugar de ayudarme” . Y ahí sentí que el dolor físico no fue lo que más lo lastimó, sino la burla. La indiferencia 😣. Esa parte del mundo que todavía no entiende la empatía 🤷🏻♂️.
No fue fácil explicarle que en la vida se va a encontrar con todo tipo de personas 👥: algunas buenas 🤝, otras indiferentes 😐, otras ignorantes 🙄. Personas que ayudan y personas que lastiman 🗡️. Personas que se alegran con tu alegría 🌟 y otras que celebran tu caída . Y aunque eso me parte el alma, también es parte de la vida. Parte de crecer. Parte de hacerse fuerte.
No quiero que mi hijo crezca con miedo 😟, pero tampoco con una venda en los ojos 🙈. Quiero que tenga el corazón lo suficientemente valiente para seguir siendo bueno 💖, incluso cuando otros no lo sean. Que no se endurezca, pero que tampoco se derrumbe. Que sepa que la vida tiene momentos hermosos ✨, llenos de amor, risas, logros y compañía 🎉. Pero también tiene tropiezos, soledad, decepciones y dolor ☔. Y todo eso está bien. Todo eso es parte del camino.
👩👦 Como papás, a veces nos preparan para alimentar, para educar, para proteger físicamente. Pero poco se habla de cómo prepararnos emocionalmente para cuando nuestros hijos empiecen a vivir sus propias batallas ⚔️. De cómo sostenerlos sin sobreprotegerlos, de cómo acompañarlos sin controlar sus caminos, de cómo llorar a escondidas 😭 pero darles fuerza cuando nos miran a los ojos.
Ser papás no es evitar que nuestros hijos sufran 😢. Es enseñarles a atravesar el sufrimiento sin perderse. Es estar ahí para que, aunque se caigan, sepan que siempre habrá un lugar donde puedan llorar sin ser juzgados 🏡. Que tienen permiso de sentirse frágiles , pero que dentro de esa fragilidad hay una fuerza inmensa esperando ser descubierta 🔥.
Todo esto me recordó que no estoy criando a un niño de cristal, sino a un ser humano real 🧍🏻♂️. Uno que sentirá mucho, vivirá mucho… y con las herramientas correctas, crecerá con una luz propia que nadie podrá apagar 🌟
Hoy mi terapia fue intensa. De esas que duelen 🥺 pero limpian 🌧️🧼. De esas que abren puertas 🚪 que una cree cerradas con llave desde hace años.
Tenía una tarea este fin de semana: desconectarme. 🔌 No del todo, pero sí lo suficiente. Dejar a un lado el ruido del mundo 🌍, las redes 📱, las conversaciones de compromiso 🗣️, las ganas de complacer 🤝, de explicarme o justificarme. Alejarme un poco para acercarme mucho más… a mí 🪞🫶.
No siempre es fácil 😮💨. Apagar el ruido exterior a veces también apaga ciertas distracciones que nos ayudan a sobrevivir el día a día. Pero justo ahí, en ese silencio que incomoda al principio 🤐, es donde empiezan a brotar las palabras más honestas. Las que dice el alma cuando por fin dejamos de interrumpirla 🕊️💬.
🌿 A veces me alejo de todo para poder escucharme. 🌿 No porque no quiera estar, no porque rechace el mundo, sino porque necesito recordar quién soy sin las voces de afuera. En esos momentos, cuando me retiro un poco, no busco desaparecer, busco encontrarme. Volver al centro 🌀. Regresar a ese espacio sagrado donde puedo decirme la verdad sin miedo, sin prejuicios, sin juicios, sin máscaras. Sólo yo conmigo 🤍 y eso es más que suficiente.
Escucharme a veces duele 💔. No voy a mentir. A veces lo que el alma quiere decir es incómodo, es confuso, es nostálgico, o nos confronta con heridas que creíamos ya cerradas 🕳️🩹. Pero también es hermoso ✨, es liberador 🌈. Porque cuando nos escuchamos con amor 💗, sin egos, sin expectativas, lo que aparece no es culpa ni castigo, sino comprensión. Aparece la ternura 🧸, el abrazo interno 🤗, la calma después de la tormenta 🌦️.
Aprendí este fin de semana que el silencio no está vacío. Está lleno de mensajes 📝. Lleno de señales 🌠. Lleno de mí 🌸.
Y no, no siempre me gusta lo que encuentro ahí. Pero también entendí que lo que duele, construye 🛠️, cuando se atraviesa desde el amor. Que los espacios de incomodidad pueden ser también oportunidades para reescribirme ✍️. Y que si me doy el permiso de quedarme en ese silencio, aunque tiemble un poco 🌪️, aunque quiera huir 🏃♀️, puedo descubrir cosas hermosas de mí que antes no sabía 🌷.
Hoy, después de esa terapia que me removió hasta los huesos 🦴💭, sólo puedo agradecer 🙏. Agradecer por atreverme a parar 🛑. Por atreverme a escuchar 👂. Por tener el valor de mirarme de frente 👁️ y no salir corriendo 🚫🏃♀️.
Sí, a veces me alejo 🕊️. Pero es para volver más conectada 🔗. Más entera 🌕. Más yo 💞.
Y si estás leyendo esto y alguna vez has sentido miedo al silencio... te entiendo 🤍. Pero ojalá sepas que ahí, en ese silencio que tanto asusta, hay una versión de ti que sólo está esperando ser escuchada con amor 💌. Sin prejuicios. Sin ruido. Sin miedo.
Escucharte puede doler… pero también puede sanarte 🌺. Y te prometo que vale la pena. 🌟