miércoles, 25 de junio de 2025

El daño que le hice a mi familia

 

💔 El daño que le hice a mi familia

Sí… les hice daño.
No porque fui cruel.
No porque los abandoné.
Sino porque dejé de ser lo que ellos esperaban de mí. Porque me atreví a salirme del libreto, a no seguir el guión que escribieron para mi vida. Porque un día dije: "No más", y en ese instante se quebraron sus certezas, se rompieron sus máscaras… y todo eso también dolió. Mucho.

🎭 Dejé de ser la marioneta, la hija perfecta, la que decía que sí aunque todo dentro de ella gritara que no. Dejé de ser ese comodín al que podían culpar de todo, la que cargaba con las emociones de todos, con sus vacíos, con sus frustraciones. Me fui. Solté los hilos y eso los lastimó. Porque ya no estaba yo para aguantar, para mediar, para sostener lo insostenible.

💥 Los lastimé…
Porque al irme, tuvieron que verse. Tuvieron que asumir que las cosas no eran mi culpa. Que el caos ya no tenía un culpable fijo.
Porque quienes no trabajaban, tuvieron que salir a ganarse la vida.
Porque quienes dependían emocional o económicamente de mí, tuvieron que mover su cuerpo, su mente, su alma. Y eso duele. No por maldad, sino porque el cambio duele. La verdad incomoda. Y el amor propio ajeno, a veces, confronta nuestras propias heridas no sanadas.

Y sí, amar también es soltar.
Es dejar ir, aunque duela.
Es permitir que los que amamos se enfrenten a sus propios errores, a sus propias decisiones, a sus propias sombras. Aunque implique lágrimas. Aunque signifique que te llamen egoísta. Aunque duela en el pecho. 💧

Hoy, mirando hacia atrás, me siento feliz.
Feliz porque al final, todos hemos crecido.
Ellos, porque por fin pudieron enfrentarse a su reflejo.
Y yo, porque tomé las riendas de mi vida, de mi universo, de mis decisiones.

👣 Porque no terminé trabajando en una "todo a mil", como muchos pensaban que me tocaría.
Porque no salí embarazada a los 15, como muchos deseaban solo para tener de qué hablar.
Porque me fui lejos, a más de 400 kilómetros, sin mirar atrás, sin pedir permiso.
Porque elegí cuándo y cómo ser madre, por amor, no por presión.
Porque elegí a mi pareja, mi camino, mis estudios.
Porque no permití que mataran mis sueños, aunque intentaron apagarlos con palabras cargadas de veneno disfrazado de preocupación.
Porque ningún trabajo es deshonra, lo que es cruel es cómo te hacen sentir menos por soñar en grande, por no encajar, por querer más.

🦋 Hoy soy libre.
Y en esa libertad, sé que les hice daño.
Pero también sé que fue el tipo de dolor que transforma, que abre caminos, que invita a sanar.
Porque a veces el amor no es complacer, sino poner límites.
A veces, la forma más pura de amar… es alejarse para salvarse.

🌱 Gracias por el daño que causé.
Porque ese daño…
fue vida.



viernes, 20 de junio de 2025

Las guerreras también lloran… y luego vuelan

 🌙 "Las cicatrices que ocultamos… y la luz que despiertan"

Hoy mi hijo me pidió que viéramos una película juntos. Se llama “Las Guerreras del K-pop”. No sabía mucho de ella, solo que hablaba de demonios… pero pronto descubrí que no eran solo criaturas oscuras lo que se mostraba, sino batallas mucho más reales: las que libramos por dentro.

Una escena me estremeció. La protagonista tenía cicatrices. No solo en su piel, sino en su alma. Se las cubría todo el tiempo, con ropa, con actitud, con una sonrisa forzada… fingiendo ser alguien que no era. Y no pude evitar preguntarme:
¿Cuántas veces hacemos eso mismo?

¿Cuántas veces hemos escondido nuestras heridas por miedo al juicio, al “qué dirán”?
¿Cuántas veces nos hemos disfrazado de valentía, cuando por dentro solo queríamos ser abrazados por comprensión?
¿Cuántas veces hemos creído que nuestras cicatrices nos hacían menos… cuando en realidad son el mapa de todo lo que hemos superado?

Esa chica, en medio de su lucha, no pudo seguir escondiendo más. Las cicatrices salieron a la luz. Pero no para avergonzarla… sino para liberarla.
Fue ahí cuando brilló. No porque sus heridas desaparecieran, sino porque dejó de huir de ellas. Las abrazó. Y en esa aceptación, su luz interna se volvió imparable.

Y entonces entendí…
Que no se trata de tapar lo que duele, sino de reconocerlo sin vergüenza. Que esas heridas que tanto tememos mostrar son, en verdad, los lugares por donde entra nuestra luz.
Que la resiliencia no nace de lo perfecto, sino de lo roto que se reconstruye con amor.

Hoy te invito a ti, que estás leyendo, a mirarte con compasión.
A dejar de cubrir lo que eres.
A quitarte las capas de miedo y mostrarte con tus sombras y tus destellos.
Porque ambas cosas te hacen único, humano, real… hermoso.

Ya es hora.
Hora de dejar de fingir.
Hora de aceptarte y brillar.

✨ Tus cicatrices no te restan…
Te revelan.



martes, 17 de junio de 2025

Transformar mi cuerpo… sin dejar de amarlo

 

Aprender a amar mi cuerpo… mientras lo transformo ✨

Desde muy pequeñas nos enseñan a mirar nuestro cuerpo como algo que hay que corregir.
No importa cómo luzca: siempre parece haber algo “mal”, algo que cambiar, esconder, criticar. Nos acostumbramos a vivir en guerra con lo que somos, a odiar lo que habitamos… sin siquiera preguntarnos por qué.

Yo también caí en esa trampa.

Durante años me miré con rechazo. Me juzgué por no encajar, por no ser "perfecta", por no lucir como se supone que “debería” lucir. Pero fue después de ser mamá cuando esa mirada se volvió aún más dura. Las estrías, las cicatrices, la piel distinta… cada marca me parecía una señal de que ya no era suficiente, de que mi cuerpo estaba "arruinado".

Recuerdo momentos de llanto frente al espejo. De vergüenza. De desconexión.
Y lo más duro: sentir que ya no podía amar el cuerpo que me había sostenido en todo… incluso al dar vida.

Pero poco a poco, algo empezó a cambiar.
No fue de la noche a la mañana. Fue un proceso, a veces suave y a veces doloroso, de volver a habitarme con ternura. De darme cuenta de lo increíble que es este cuerpo que siente, respira, camina, crea, abraza, protege.

Hoy lo miro con nuevos ojos.
No perfectos, pero sí más compasivos.
Estoy en un camino donde sí, estoy transformando mi cuerpo —lo entreno, lo alimento mejor, lo cuido—, pero ya no desde el odio, sino desde el amor.
Desde el deseo de que me acompañe fuerte, sano y funcional por muchos años más.

Ya no quiero cambiarlo para encajar.
Lo transformo porque lo merezco.
Porque me amo, aunque todavía me esté aprendiendo a amar.

Cada estría es una historia.
Cada cicatriz, un recuerdo de mi valentía.
Cada parte que antes rechacé, hoy la estoy abrazando poquito a poco 💛

Si tú también estás en este camino, te abrazo.
No estás sola.
Amar tu cuerpo mientras lo transformas es posible. Y es hermoso.

You should know you're beautiful just the way you are
And you don't have to change a thing, the world could change its heart
No scars to your beautiful, we're stars and we're beautiful..."


 





viernes, 13 de junio de 2025

El Arte de Sanarme con Palabras y Silencios : SEMANA 2

 

Volver a Mí: Una Semana de Reencuentro Interior

🌸 Día 8: ¿Qué palabras me sanan?

Escribe una frase que te abrace hoy.

  • ¿Qué palabras necesito escuchar?

  • ¿Cómo puedo repetirlas con más frecuencia?


🌸 Día 9: ¿Qué quiero empezar a creer sobre mí?

Piensa en una nueva historia sobre ti misma.

  • ¿Qué narrativa quiero dejar atrás?

  • ¿Qué afirmación quiero sembrar hoy?

🌸 Día 10: ¿Cómo se siente la calma en mí?

Descríbela. Reconócela.

  • ¿Cuándo la sentí por última vez?

  • ¿Cómo puedo invitarla a mi día?


🌸 Día 11: ¿Qué me inspira?

Conecta con lo que enciende tu alma.

  • ¿Qué personas, lugares, ideas o canciones me inspiran?

  • ¿Cómo puedo incluir más de eso en mi vida?


🌸 Día 12: ¿Cómo me trato cuando fallo?

Observa tu diálogo interno.

  • ¿Es compasivo o castigador?

  • ¿Qué me diría alguien que me ama de verdad?


🌸 Día 13: ¿Qué me da miedo mostrar?

Reflexiona sobre lo que ocultas.

  • ¿Por qué me cuesta mostrar esa parte de mí?

  • ¿Qué pasaría si le diera espacio a esa verdad?


🌸 Día 14: ¿Qué me sostiene en los días difíciles?

Nombrar tus raíces te da fuerza.

  • ¿Qué o quién me recuerda que puedo con esto?

  • ¿Qué anclajes puedo crear para recordarlo?


🌟 Ritual de cierre diario (opcional):

Al final de cada día, escribe:

  1. Hoy me agradezco por:

  2. Hoy me dolió, pero aprendí:

  3. Hoy me regalo un abrazo por:



jueves, 12 de junio de 2025

Perseverar en silencio: el arte de seguir cuando nadie te ve

✨ Perseverar cuando nadie te ve: el verdadero trabajo silencioso del alma ✨

Hay un tipo de fuerza que no se aplaude 👏.
Una que no brilla en redes , ni se celebra con medallas 🏅.
Es esa fuerza que aparece en las mañanas donde te cuesta levantarte, pero igual lo haces .
En los días donde tu cuerpo está cansado  la mente saturada  y el corazón un poco roto … pero igual sigues 🚶‍♀️.

A eso le llamo perseverar cuando nadie te ve .

Muchas veces me he sentido así: avanzando a paso lento, pero firme .
No por obligación, sino por amor 💖.
Amor a mí, a lo que estoy construyendo , y a ese pequeño reflejo mío que me llama “mamá”  y me observa más de lo que yo misma me veo 👀.

He aprendido que perseverar no es ser fuerte todo el tiempo .
Es ser honesta contigo misma 💬, llorar si hace falta 😢, parar cuando el alma lo pide … pero no rendirse .

Es ese hilo invisible que te sostiene incluso cuando crees que ya no puedes .
Es elegirte , incluso cuando el pasado te susurra que no eres suficiente .
Es silenciar las voces de afuera  para escuchar la tuya propia 🎧, esa que ahora se atreve a decir:
“sí puedo”, aunque tiemble .

Perseverar es levantarte sin aplausos ,
entrenar aunque no se note 🏋️‍♀️,
seguir estudiando aunque parezca lento 📚,
poner límites aunque duela 🚧,
y sanar aunque nadie entienda tu proceso 🌈.

Este blog es también un acto de perseverancia ✍️.
Porque escribir, compartir, seguir… todo eso requiere alma .
Y aunque muchas veces el mundo no lo vea 🌍,
tú lo sientes 💌.

Si estás leyendo esto y sientes que estás en medio de un proceso, no te detengas .
No tienes que correr 🏃‍♀️, solo mantenerte en movimiento 🔁.
A veces el acto más valiente es simplemente respirar hondo 🌬 y decir:
“Hoy también lo intento.” 🌞

Sigue.
Por ti.
Por lo que fuiste.
Por lo que estás siendo.
Y por todo lo que vas a ser. 🌻💫




miércoles, 11 de junio de 2025

UN DÍA A LA VEZ

 

🌿 UN DÍA A LA VEZ 🌿

Nos pasamos la vida corriendo.
De un lado a otro. De tarea en tarea. De meta en meta. De exigencia en exigencia. 🏃‍♀️

Y lo peor de todo es que… ni siquiera sabemos por qué.
Pensamos en el mañana como si lo tuviéramos garantizado.
Nos angustiamos por lo que aún no ha pasado, por lo que podría pasar, por lo que no depende de nosotros.
Vivimos tan rápido que no nos da tiempo de vivir el hoy. El ahora. El instante. ✨

A mí me pasó muchas veces.
Incontables.
Vivía a mil. Siempre con el corazón acelerado, la mente saturada y el alma agotada.
Me exigía demasiado, me cargaba con todo, quería tener todo bajo control. Y en esa carrera frenética… me olvidé de vivir.

Me olvidé de mirar el cielo.
De saborear un café con calma. ☕
De jugar con mi hijo sin pensar en la hora.
De reír sin culpa.
De llorar sin esconderme.
De abrazar sin prisa.
De estar presente.

Pero poco a poco, casi sin darme cuenta, empecé a soltar.
Solté el peso de lo que no puedo cambiar.
Solté la necesidad de tener todas las respuestas.
Solté la obsesión de planear cada detalle del mañana.
Y empecé a concentrarme solo en el hoy.
Solo en este día.
Solo en este respiro. 💆‍♀️💫

Hoy es lo único que tengo.
Y aprendí a cuidarlo, a protegerlo, a vivirlo.

Los temas de hoy, los enfrento hoy.
Las emociones de hoy, las abrazo hoy.
Las decisiones de mañana… las tomaré mañana.
Porque si algo me ha enseñado este camino, es que muchas cosas no dependen de mí.

Y el domingo, cuando tembló en Colombia…
¡Lo sentí tan fuerte! 😔🌍
Ese temblor me estremeció el cuerpo y el alma.
Me recordó que la vida puede cambiar en dos segundos.
Que lo que damos por hecho puede desaparecer sin previo aviso.
Que todo es tan frágil, tan efímero…
Y que lo único verdaderamente importante es cómo vivimos cada instante.

Ese día respiré profundo.
Abracé con fuerza.
Y me dije: vive este día como si fuera el último.

Ama con todo tu ser.
Perdona desde el alma.
Agradece incluso lo que duele.
Da lo mejor de ti sin esperar nada a cambio.
Y cuando te sientas abrumada, repite:
Respira. Un día a la vez. 🌬️💛

No vinimos a esta vida a cumplir expectativas.
No estamos aquí para cargar el mundo sobre nuestros hombros.
Estamos para aprender, para compartir, para amar, para soltar, para sanar.
Y sobre todo… para vivir.

Así que si estás leyendo esto y hoy te pesa el alma, si te duele el cuerpo de tanto correr, si no sabes por dónde seguir…
Haz una pausa.
Cierra los ojos.
Pon la mano en tu corazón.
Y repítete con ternura:

“Hoy es suficiente. Hoy es mi regalo. Y lo voy a vivir con amor.” 🎁💗

Porque al final, lo único que tenemos es esto:
Un día a la vez.




El monstruo invisible que aprendí a mirar de frente: ANSIEDAD

  La ansiedad: esa palabra que muchos odiamos en silencio La ansiedad. Sí, esa palabra que muchos odiamos, tememos, evitamos, pero que algu...