martes, 20 de mayo de 2025

Entre el Ruido del Ego y el Susurro del Alma

 

El hijueputa ego: ese fantasma que no se rinde 👻🔥

Hablemos claro: el ego es un hijueputa difícil de domar. Sí, lo dije así de directo porque no hay otra forma de nombrarlo cuando llevas años cargando con ese peso, creyendo que eres lo que los demás piensan, lo que logras, lo que tienes, o cuánto te aplauden.

El ego es esa voz que te susurra:
👉 "No dejes que te vean débil."
👉 "Tienes que tener la razón."
👉 "Te están ignorando, hazte notar."
👉 "¿Cómo que no te contestó? Te está faltando el respeto."
👉 "Mira lo que tiene ella, y tú nada."

Ese ego no descansa. Se mete en tu relación, en tu trabajo, en tu cabeza, en tus heridas más profundas. Y lo peor es que te hace creer que eres tú. Pero no, no lo eres. Es solo un mecanismo de defensa herido, disfrazado de orgullo y "autoestima".

¿Cómo nos afecta?

💥 Nos vuelve reactivos.
💥 Nos aleja de quienes amamos.
💥 Nos hace competir, compararnos, desconfiar.
💥 Nos llena de miedo a ser vulnerables.
💥 Nos impide pedir perdón, soltar el control, decir "me equivoqué".

Y mientras tanto, el alma grita: "¡Déjame ser auténtica, cabrón!"

¿Por qué cuesta tanto dominarlo?

Porque el ego está hecho de dolor antiguo, trauma no sanado, miedo y hambre de amor. No se trata de "matarlo" (spoiler: no se puede), sino de desenmascararlo, mirarlo con compasión y decirle:
"Ya no te necesito para sobrevivir. Ahora quiero vivir de verdad."

Pero eso no se hace de un día para otro. Lleva tiempo, lleva lágrimas, lleva silencios incómodos. Y sí, a veces toca tragarse el orgullo como si fuera vidrio molido. 😵‍💫

En lo personal...

Me ha costado la puta vida.
He tenido que ver cómo mi ego quería gritar cuando alguien me ponía un límite. He sentido cómo se me encendía el pecho cuando no me daban la razón. Me he pillado queriendo tener la última palabra solo para sentirme en control. Y me he estrellado mil veces por no saber soltar.

Pero también he tenido momentos de paz, de humildad, de verdad.
Cuando callé para escuchar.
Cuando respiré antes de reaccionar.
Cuando pude ver mi sombra sin culpar a nadie.
Y esos momentos... son oro puro. 🧘‍♀️✨

¿Entonces?

Estamos en camino.
No se trata de iluminarse y ya, sino de estar despiertos cada día.
Y cuando el ego aparezca, como siempre lo hará, poder decirle con cariño pero con firmeza:
"Gracias por protegerme, pero hoy no decido desde ti."

💥 Que viva el alma, carajo.
💛 Que hable el amor propio, no el ego herido.
Y que sigamos sanando, aunque duela .

The path I chose, even if it’s full of thorns,
I laugh again, because that’s who I am. Even if I fall a thousand times, I rise a thousand and one, because I trust myself.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El monstruo invisible que aprendí a mirar de frente: ANSIEDAD

  La ansiedad: esa palabra que muchos odiamos en silencio La ansiedad. Sí, esa palabra que muchos odiamos, tememos, evitamos, pero que algu...