viernes, 4 de julio de 2025

Elegí ir más despacio... y empecé a vivir

 ✨ Cómo vivir lento en un mundo que te exige rapidez ✨

Hace algunos años, pensaba que si no iba rápido, me quedaba atrás. Me levantaba con culpa si no “aprovechaba el día” ⏰, me sentía improductiva si no tildaba cada ítem de mi lista 📋 y me frustraba si alguien más avanzaba en algo antes que yo. Vivía en una carrera sin meta. Una carrera que no me había detenido a preguntar si realmente quería correr.

Y un día, me cansé.

Me cansé de vivir acelerada, pero desconectada. Me cansé de estar ocupada, pero vacía. Me cansé de responderle al mundo antes de preguntarme a mí misma qué quería realmente.

Entonces empecé a vivir más lento 🐢. No porque la vida se volvió más fácil, sino porque decidí bajarle el volumen al ruido externo para poder escucharme 🧘‍♀️.


🌿 ¿Qué significa vivir lento?

No es procrastinar, ni ser perezosa. No es dejar de soñar, ni dejar de hacer. Vivir lento es un acto consciente de presencia. Es elegir moverte desde la intención, no desde la prisa. Es decirle al mundo: “No voy a ir a tu ritmo, voy a ir al mío”.

Es mirar a los ojos 👀, escuchar sin interrupciones, saborear el desayuno sin mirar el celular 🍞📵, abrazar sin pensar en el reloj 🤗, hacer pausas para respirar. Es entender que el éxito no siempre se mide en velocidad, y que lo importante muchas veces pasa cuando nadie está mirando.


💫 ¿Cómo vivir lento cuando el mundo grita que corras?

Vivir lento en un mundo rápido es un acto de resistencia ✊, pero también de amor propio 💗. No es fácil, pero es posible. Aquí te comparto lo que a mí me ha servido, desde mi proceso de sanación, como mujer, como mamá, como alguien que ha estado rota y ha tenido que reconstruirse desde adentro:


1. Define qué es éxito para ti 🎯

No el éxito que te vendieron, sino el que tú decides. Tal vez para ti el éxito no es tener una agenda llena, sino tener tiempo para reír con tu hijo 👦. Tal vez no es tener muchos seguidores, sino tener paz 🕊️.
Cuando entiendes qué es éxito para ti, dejas de correr detrás del de otros.


2. Crea tus propios ritmos 🎵

Yo sé lo que es sentir que “llegas tarde” a todo. A los estudios, a los sueños, a los proyectos. Pero también aprendí que cuando haces las cosas desde la conexión, el tiempo se alinea 🌙. Estudia a tu ritmo, ama a tu ritmo, sana a tu ritmo.
No estás tarde. Estás a tiempo para tu vida.


3. Permítete no saber ❓

Vivimos queriendo tener respuestas para todo. Y la verdad es que vivir lento es también aceptar los silencios 🤫, las dudas, los días donde nada parece avanzar. En esos momentos, en vez de exigirte, abrázate 🤍. Porque a veces el alma necesita quedarse quieta para escucharse.


4. Cuida tus espacios 🏡

Tu hogar, tu cuerpo, tu mente. No abras la puerta a todo lo que llega. Pon límites 🚪, apaga el ruido, elige conscientemente lo que consumes, lo que escuchas, lo que ves 📺🧠.
Vivir lento es también elegir calidad sobre cantidad: en tus relaciones, en tus palabras, en tu energía.


5. Mira a los ojos, toca la tierra, respira profundo 🌱

No necesitas estar en una montaña para vivir con presencia. Puedes hacerlo mientras lavas los platos 🍽️, mientras haces una pausa en medio del caos, mientras abrazas a tu hijo sin pensar en nada más 🤱.
La lentitud se convierte en un ritual cuando decides habitar lo cotidiano con atención.


6. Reconcíliate con el descanso 😴

Nos han enseñado a descansar solo cuando nos “ganamos” el derecho. Pero descansar no es premio: es necesidad. Es sagrado.
Tu cuerpo, tu mente, tu alma, necesitan pausas.
No eres menos valiosa por descansar.
Eres más tú cuando te permites respirar 💨.

💌 Una invitación desde mi corazón

Vivir lento no es un lujo. Es una necesidad del alma. Es una forma de sanar, de habitarte, de vivir más profundamente 🌊.
Y no se trata de dejarlo todo, sino de estar más presente en todo lo que eliges.

Hoy te invito a hacer una pausa 🛑. A preguntarte:

¿Estoy viviendo como quiero vivir?
¿Estoy corriendo hacia algo que me pertenece o huyendo de algo que no he sanado?

El mundo seguirá corriendo 🏃‍♂️. Las notificaciones no pararán 🔔. Las expectativas tampoco. Pero tú puedes elegir diferente.
Tú puedes bajarle el ritmo.
Y en ese acto, empezar a recordar lo que realmente importa.

Te abrazo en tu proceso,
Yenny 💫





jueves, 3 de julio de 2025

Nos veremos en las estrellas, pero hoy… te abrazo aquí

 Mañana cumple años mi esposo... 🎂✨ Y con ese día se suman ya 11 vueltas al sol que celebro a su lado, con el corazón lleno de amor, admiración y también de una nostálgica ternura que me acompaña cada vez que llega su cumpleaños, porque desde que soy consciente de que un año más también es un año menos… algo en mí se aprieta. Desde que comprendí que no hay vida después de la muerte, que este instante es todo lo que tenemos, que este cuerpo, esta presencia, esta risa suya… es única e irrepetible, no dejo de valorar cada segundo que compartimos 🕊️.

Siempre le digo que nos veremos de nuevo en las estrellas ✨, pues de allá venimos… pero sé, en lo más profundo de mi ser, que esta es la única vida donde puedo verlo con estos ojos, tocarlo con estas manos, sentir su calor junto al mío, y disfrutar de su maravillosa esencia así tal cual es, sin filtros, sin adornos, tal cual mi universo lo percibe, lo ama, lo honra 🌌💫.

Gracias, Madre Tierra, por permitirme otro año más a su lado, por prestármelo un poco más, por sostener su existencia, su caminar, por su risa, por esos momentos de locura, por esos ataques de risa que me hacen suspirar como si el alma me brincara del pecho 😄💓. Gracias por su luz inmensa, por su sabiduría profunda que a veces se esconde detrás de silencios, y por todo lo que aprendo de él.

Tomo su mano 🤝 desde el infinito amor que le tengo, prometiéndole seguir amándolo, seguir cuidando de él en las buenas y en las malas, en lo simple y en lo complejo, en los días de sol radiante y en los de tormenta. Porque él es mi hogar, mi espejo, mi compañero de caminos, mi refugio y mi tempestad.

A ti, mi gran amor, mi compañero del alma, mi humano favorito… deseo que cada año que cruces seas más equilibrado, más consciente de tu existencia, de tu ser, de tu alma 🌱🌀. Que sigas transitando este camino llamado vida desde la paz y la tranquilidad de saber que eres un ser humano maravilloso, con una capacidad inmensa de amar, de reír, de abrazar lo que eres y lo que sueñas.

Te celebro hoy, mañana y siempre 🎉💖. Te amo con cada parte de mi alma, con cada poro de mi piel, con cada latido que me recuerda que estás aquí, a mi lado. Y mientras la vida nos lo permita, aquí estaré, amándote como si fuera el primer día.💫❤️‍🔥.

Feliz vuelta al sol, amor de mi vida. 🌞🌎
Nos veremos, cuando llegue el día, en las estrellas… pero por ahora, sigamos brillando aquí.

"Si tuviera que elegir, te elegiría a ti
De nuevo a ti... "




miércoles, 25 de junio de 2025

El daño que le hice a mi familia

 

💔 El daño que le hice a mi familia

Sí… les hice daño.
No porque fui cruel.
No porque los abandoné.
Sino porque dejé de ser lo que ellos esperaban de mí. Porque me atreví a salirme del libreto, a no seguir el guión que escribieron para mi vida. Porque un día dije: "No más", y en ese instante se quebraron sus certezas, se rompieron sus máscaras… y todo eso también dolió. Mucho.

🎭 Dejé de ser la marioneta, la hija perfecta, la que decía que sí aunque todo dentro de ella gritara que no. Dejé de ser ese comodín al que podían culpar de todo, la que cargaba con las emociones de todos, con sus vacíos, con sus frustraciones. Me fui. Solté los hilos y eso los lastimó. Porque ya no estaba yo para aguantar, para mediar, para sostener lo insostenible.

💥 Los lastimé…
Porque al irme, tuvieron que verse. Tuvieron que asumir que las cosas no eran mi culpa. Que el caos ya no tenía un culpable fijo.
Porque quienes no trabajaban, tuvieron que salir a ganarse la vida.
Porque quienes dependían emocional o económicamente de mí, tuvieron que mover su cuerpo, su mente, su alma. Y eso duele. No por maldad, sino porque el cambio duele. La verdad incomoda. Y el amor propio ajeno, a veces, confronta nuestras propias heridas no sanadas.

Y sí, amar también es soltar.
Es dejar ir, aunque duela.
Es permitir que los que amamos se enfrenten a sus propios errores, a sus propias decisiones, a sus propias sombras. Aunque implique lágrimas. Aunque signifique que te llamen egoísta. Aunque duela en el pecho. 💧

Hoy, mirando hacia atrás, me siento feliz.
Feliz porque al final, todos hemos crecido.
Ellos, porque por fin pudieron enfrentarse a su reflejo.
Y yo, porque tomé las riendas de mi vida, de mi universo, de mis decisiones.

👣 Porque no terminé trabajando en una "todo a mil", como muchos pensaban que me tocaría.
Porque no salí embarazada a los 15, como muchos deseaban solo para tener de qué hablar.
Porque me fui lejos, a más de 400 kilómetros, sin mirar atrás, sin pedir permiso.
Porque elegí cuándo y cómo ser madre, por amor, no por presión.
Porque elegí a mi pareja, mi camino, mis estudios.
Porque no permití que mataran mis sueños, aunque intentaron apagarlos con palabras cargadas de veneno disfrazado de preocupación.
Porque ningún trabajo es deshonra, lo que es cruel es cómo te hacen sentir menos por soñar en grande, por no encajar, por querer más.

🦋 Hoy soy libre.
Y en esa libertad, sé que les hice daño.
Pero también sé que fue el tipo de dolor que transforma, que abre caminos, que invita a sanar.
Porque a veces el amor no es complacer, sino poner límites.
A veces, la forma más pura de amar… es alejarse para salvarse.

🌱 Gracias por el daño que causé.
Porque ese daño…
fue vida.



viernes, 20 de junio de 2025

Las guerreras también lloran… y luego vuelan

 🌙 "Las cicatrices que ocultamos… y la luz que despiertan"

Hoy mi hijo me pidió que viéramos una película juntos. Se llama “Las Guerreras del K-pop”. No sabía mucho de ella, solo que hablaba de demonios… pero pronto descubrí que no eran solo criaturas oscuras lo que se mostraba, sino batallas mucho más reales: las que libramos por dentro.

Una escena me estremeció. La protagonista tenía cicatrices. No solo en su piel, sino en su alma. Se las cubría todo el tiempo, con ropa, con actitud, con una sonrisa forzada… fingiendo ser alguien que no era. Y no pude evitar preguntarme:
¿Cuántas veces hacemos eso mismo?

¿Cuántas veces hemos escondido nuestras heridas por miedo al juicio, al “qué dirán”?
¿Cuántas veces nos hemos disfrazado de valentía, cuando por dentro solo queríamos ser abrazados por comprensión?
¿Cuántas veces hemos creído que nuestras cicatrices nos hacían menos… cuando en realidad son el mapa de todo lo que hemos superado?

Esa chica, en medio de su lucha, no pudo seguir escondiendo más. Las cicatrices salieron a la luz. Pero no para avergonzarla… sino para liberarla.
Fue ahí cuando brilló. No porque sus heridas desaparecieran, sino porque dejó de huir de ellas. Las abrazó. Y en esa aceptación, su luz interna se volvió imparable.

Y entonces entendí…
Que no se trata de tapar lo que duele, sino de reconocerlo sin vergüenza. Que esas heridas que tanto tememos mostrar son, en verdad, los lugares por donde entra nuestra luz.
Que la resiliencia no nace de lo perfecto, sino de lo roto que se reconstruye con amor.

Hoy te invito a ti, que estás leyendo, a mirarte con compasión.
A dejar de cubrir lo que eres.
A quitarte las capas de miedo y mostrarte con tus sombras y tus destellos.
Porque ambas cosas te hacen único, humano, real… hermoso.

Ya es hora.
Hora de dejar de fingir.
Hora de aceptarte y brillar.

✨ Tus cicatrices no te restan…
Te revelan.



martes, 17 de junio de 2025

Transformar mi cuerpo… sin dejar de amarlo

 

Aprender a amar mi cuerpo… mientras lo transformo ✨

Desde muy pequeñas nos enseñan a mirar nuestro cuerpo como algo que hay que corregir.
No importa cómo luzca: siempre parece haber algo “mal”, algo que cambiar, esconder, criticar. Nos acostumbramos a vivir en guerra con lo que somos, a odiar lo que habitamos… sin siquiera preguntarnos por qué.

Yo también caí en esa trampa.

Durante años me miré con rechazo. Me juzgué por no encajar, por no ser "perfecta", por no lucir como se supone que “debería” lucir. Pero fue después de ser mamá cuando esa mirada se volvió aún más dura. Las estrías, las cicatrices, la piel distinta… cada marca me parecía una señal de que ya no era suficiente, de que mi cuerpo estaba "arruinado".

Recuerdo momentos de llanto frente al espejo. De vergüenza. De desconexión.
Y lo más duro: sentir que ya no podía amar el cuerpo que me había sostenido en todo… incluso al dar vida.

Pero poco a poco, algo empezó a cambiar.
No fue de la noche a la mañana. Fue un proceso, a veces suave y a veces doloroso, de volver a habitarme con ternura. De darme cuenta de lo increíble que es este cuerpo que siente, respira, camina, crea, abraza, protege.

Hoy lo miro con nuevos ojos.
No perfectos, pero sí más compasivos.
Estoy en un camino donde sí, estoy transformando mi cuerpo —lo entreno, lo alimento mejor, lo cuido—, pero ya no desde el odio, sino desde el amor.
Desde el deseo de que me acompañe fuerte, sano y funcional por muchos años más.

Ya no quiero cambiarlo para encajar.
Lo transformo porque lo merezco.
Porque me amo, aunque todavía me esté aprendiendo a amar.

Cada estría es una historia.
Cada cicatriz, un recuerdo de mi valentía.
Cada parte que antes rechacé, hoy la estoy abrazando poquito a poco 💛

Si tú también estás en este camino, te abrazo.
No estás sola.
Amar tu cuerpo mientras lo transformas es posible. Y es hermoso.

You should know you're beautiful just the way you are
And you don't have to change a thing, the world could change its heart
No scars to your beautiful, we're stars and we're beautiful..."


 





Feminismo: diversidad, no uniformidad

  🌸 Feminismo, maternidad y elecciones: mis reflexiones Ayer hablaba con mi psicóloga sobre el tema del feminismo. Yo, muy convencida, le d...