martes, 15 de julio de 2025

El monstruo invisible que aprendí a mirar de frente: ANSIEDAD

 


La ansiedad: esa palabra que muchos odiamos en silencio

La ansiedad.
Sí, esa palabra que muchos odiamos, tememos, evitamos, pero que algunos de nosotros hemos tenido que aprender a mirar de frente porque simplemente no nos dio opción.

Hoy leí a una chica en Threads decir algo que me revolvió por dentro: “El que tiene ansiedad es porque quiere, que respire, que coma bien, y ya.”
Respiré profundo. Tal vez cien mil veces. Nada más alejado de la realidad.
La ansiedad no es una elección. No es flojera. No es “drama”.
La ansiedad es pura química. Es cuerpo. Es cerebro. Es intestino. Son ejes, son neurotransmisores, son desbalances que a veces ni entendemos del todo. Y sí, por eso importa tanto lo que comemos, cómo dormimos, cuánto nos movemos, qué pensamientos nos repetimos. Porque eso puede ayudar… pero nunca reemplaza la profundidad del proceso.

Tengo 32 años, casi 33 jeje… y he vivido con ansiedad desde que tengo memoria.
Tres ataques fuertes me han tumbado en la vida. Tres veces he sentido que mi pecho se quería salir del cuerpo, que mi alma buscaba escapar desesperadamente y mi cuerpo no podía hacer nada más que intentar respirar.

Llevo 9 años en terapia. No ha sido magia, no ha sido rápido, no ha sido fácil. Pero he aprendido algo: la ansiedad no se vence, se atraviesa. No se niega, se reconoce. Se le mira a los ojos con miedo, pero con dignidad.

Me molesta cuando nos dicen cosas como “tienes ansiedad porque quieres”, “solo respira”, “piensa en algo bonito”…
Es como decirle a una persona con asma: “Tienes asma porque quieres, mira qué aire tan bonito hay afuera.”
¿Verdad que suena cruel? Pues lo mismo pasa con la ansiedad. Solo quienes la han vivido saben el horror que puede ser.

Pero también sé que se puede aprender a vivir con ella.
Yo lo he logrado, poquito a poquito.
Con muchísima terapia.
Con ejercicio constante, no como castigo, sino como medicina.
Cuidando lo que como, dejando el azúcar, tomando kéfir, alimentando mi microbiota, llenándome de verduras.
Aprendiendo a descansar.
Dejando de exigirme como si fuera una máquina.

Y cuando la ansiedad me quiere visitar, ya no salgo corriendo.
Me detengo. La escucho.
Me pregunto qué me quiere decir.
Y aunque a veces duele, ya no me destruye.
Me abrazo. Me cuido. Me hablo bonito.
Y resisto, porque sé que sí pasa.
Ese momento eterno se disuelve.
Como una ola que rompe en la orilla y se va.

Si estás pasando por esto, por favor, busca ayuda.
No estás sola. No estás solo.
La salud mental importa. Importa muchísimo.
Tú importas. Tu historia, tu existencia, tus emociones. Todo importa.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas viven con ansiedad. Es un tema global. Urgente. Y no, no se trata solo de “respirar profundo” y ya.

Como dice el libro que estoy leyendo, La sociedad del cansancio, vivimos tiempos que nos exigen tanto que terminamos agotados incluso de sentir. Pero eso no significa que no podamos parar, mirarnos con compasión y aprender a vernos con más humanidad, sin tanto juicio, sin tanto castigo interno.

Yo sigo trabajando en mí.
Cada día.
Con más ternura.
Con más pausa.
Con más amor.

Y si tú estás ahí, en medio del huracán…
Quédate. No te vayas.
Esto también pasará.
Y cuando pase, estarás más fuerte, más sabia, más tú.


"Intenté olvidarlo, pero tú estás ahí, incluso cuando cierro los ojos...
Si el dolor también es parte de ti, entonces está bien abrazarlo.”




jueves, 10 de julio de 2025

Despertar sin ego: el verdadero reto

 

¿Despertar? ¿Pero qué carajos es “despertar”?

Últimamente está de moda la palabra despertar. La vemos en redes sociales, la escuchamos en podcasts, la leemos en libros de autoayuda. Todos hablan de "despertar de conciencia", "despertar espiritual", "vivir despiertos"… Pero ¿qué significa realmente despertar?

Para mí, despertar no es un destino ni una meta final. No es un punto de llegada donde se enciende una luz y todo cobra sentido. Para mí, despertar es un proceso —a veces suave, a veces brutal— de empezar a mirarse a uno mismo con los ojos un poco más abiertos. Es empezar a hacerse preguntas incómodas, a reconocer nuestras sombras, a dejar de actuar en automático. Es mirar dentro con honestidad, sin filtros, sin disfraces. 🪞

Pero algo que quiero decir con toda claridad es que cada despertar es distinto, muy distinto… porque cada ser humano lo es. Lo que para ti puede ser un despertar —como volver a creer en Dios, reconectar con una iglesia, encontrar sentido en una práctica espiritual— para otra persona no lo será. Y eso está bien. Para mí, por ejemplo, ese no sería mi camino, pero lo respeto profundamente. Porque eso es lo que importa: despertar sin ego. 🌱

El problema empieza cuando creemos que nuestro despertar es “el verdadero”, “el único”, “el válido”. Cuando empezamos a señalar al otro porque su proceso no se parece al nuestro. Cuando creemos haber llegado a la cima y no nos damos cuenta de que, tal vez, estamos de nuevo en la línea de partida. La vida es cíclica. Los procesos también. Y el ego se disfraza de “luz” con mucha facilidad. ✨

Veo muchos coaches, influencers, incluso gente con buenas intenciones, creyéndose psicólogos o guías, descalificando los procesos ajenos, como si el despertar viniera con una lista de pasos obligatorios. Pero no todos queremos lo mismo. No todos soñamos con la misma paz, con la misma felicidad. Tal vez lo que a ti te hace vibrar, a mí me aburre profundamente. Tal vez lo que yo anhelo, a ti no te hace sentido. Y eso no nos hace ni mejores ni peores. Solo distintos.

🌿 Por eso hoy te invito, desde el corazón, a caminar sin mirar tanto a los lados. A dejar de compararte, a dejar de buscar validación. Camina contigo. Escúchate más. Observa tu camino. Respeta el del otro. Vive tu proceso, así no se parezca al de nadie. Así nadie lo entienda.

Y cuando sientas que ya “llegaste”, mírate de nuevo. Quizás estés comenzando otra vez, desde otro lugar, con otros ojos. Y eso también es despertar.

🧠💛🌙

“I had a dream
I got everything I wanted
Not what you'd think
And if I'm bein' honest
It might've been a nightmare.”




lunes, 7 de julio de 2025

Me elijo sin culpa: así empieza la revolución 🔥💗

 

🌷 Autoestima no es ego: es saber quién eres 🌷

“No es arrogancia, es claridad. No es ego, es conciencia.”

Durante mucho tiempo nos enseñaron a callar lo que sentimos, a disfrazar lo que somos para encajar, para ser "correctos", para que nos quieran. A muchas mujeres, desde pequeñas, nos dijeron que si nos amábamos mucho, éramos vanidosas; si decíamos lo que pensábamos, estábamos siendo conflictivas; y si nos priorizábamos, éramos egoístas.

Pero la verdad es otra, una que quizás ahora estamos empezando a recordar... 🌙


💫 Autoestima no es gritar, es habitarte

La autoestima no es subir el volumen de tu voz para tapar a otros.
Es poder hablar bajito y aún así sentirte firme por dentro.
Es saber que no necesitas demostrar nada, porque ya eres suficiente.

Cuando tienes autoestima, no compites, no te comparas, no te desgastas tratando de ser lo que otros esperan.
Tener autoestima es volverte tu hogar.
Es poder decir "Esto soy, con lo roto y lo bello, y aún así merezco amor." 💛

🌻 No es ego, es sanación

El ego grita: "¡Mírame, soy más que tú!"
La autoestima susurra: "Me veo, me acepto, me cuido."

El ego quiere aplausos.
La autoestima quiere paz.

Y muchas veces confundimos una cosa con la otra, porque nos da miedo brillar sin pedir permiso.
Porque nos dijeron que si sanábamos, si nos levantábamos, si nos poníamos de pie, podíamos parecer soberbias.
Pero no, no es soberbia quererte, es justicia.

🌱 Saber quién eres es regresar a ti

💭 ¿Te has preguntado quién eras antes de que el mundo te dijera quién debías ser?

Tal vez eras esa niña sensible, fuerte, imaginativa, curiosa, que hablaba sola o le gustaba mirar el cielo y preguntarse por qué existimos.
Y quizás la vida te hizo construir capas, máscaras, papeles que no te pertenecían…

Pero ahora, en este momento exacto, puedes empezar a volver.
A reconocerte. A escribir de nuevo tu historia, desde lo real.

Eso es autoestima: saber quién eres sin pedir perdón por serlo.
🌼 Sin filtros. Sin deberes. Solo tú.
Y desde ese lugar, amar sin perderte, dar sin agotarte, crear sin compararte.


🌈 Cuando te eliges, el mundo cambia

No es ego decir “no”.
No es ego irte de donde no floreces.
No es ego cuidar tu energía.
No es ego tener límites.

Es amor propio. Es supervivencia emocional.
Es madurez. Es coraje.
Es mirar dentro y decirte: “Aquí estoy para ti. Te creo. Te cuido. Te amo.

Y entonces… algo mágico sucede:
🌟 Dejas de buscar validación y empiezas a darle valor a tu vida.
✨ Te vuelves faro. Refugio. Tierra fértil.
💕 Y desde ahí, conectas más profundo con los demás.


🦋 No es fácil… pero es posible

Tener autoestima no es sentirse bien todos los días.
Es sostenerte incluso en los días en que no puedes con nada.
Es recordarte en medio del caos: “Estoy aprendiendo. Estoy sanando. Estoy aquí.”

Y aunque aún tengas heridas, aunque tengas miedo, aunque a veces dudes…
🌸 si cada día das un paso hacia ti, eso ya es valentía.

🌟 Alguien tiene que romper la cadena… y ese alguien puedes ser tú.

Cuando tú te eliges, le enseñas a tu hijo a hacerlo.
Cuando tú te respetas, sanas generaciones.
Cuando tú te habitas, el mundo se ordena un poquito más.
No por ego.
Sino porque la autoestima es revolución silenciosa.
Y tú eres parte de ella.


💌 Te dejo esta frase, por si hoy necesitas recordarla:

"No eres demasiado. No eres poco. Eres exacta. Eres tú. Y eso basta."


Con cariño,

Una mujer que también está volviendo a sí misma,
que está aprendiendo a elegir desde el amor y no desde el miedo.
Y que cree que tú mereces todo lo que sueñas,
simplemente porque ya eres suficiente. 🌹





sábado, 5 de julio de 2025

¿Por qué reacciono así? 5 verdades psicológicas que todos deberíamos saber

 🧠 5 conceptos psicológicos que todo el mundo debería conocer

Porque entendernos también es una forma de sanar

A veces creemos que para hablar de psicología necesitamos un título universitario, pero la verdad es que todos vivimos procesos emocionales, mentales y relacionales que tienen nombre y explicación. Cuando yo empecé a estudiar psicología por mi cuenta, desde mi experiencia como mamá, como mujer que está sanando, como persona que va a terapia, descubrí conceptos que me ayudaron a ponerle palabras a cosas que llevaba años sintiendo.

Hoy quiero compartirte 5 conceptos que cambiaron mi forma de ver la vida. Son sencillos, pero poderosos. Porque cuando entendemos qué nos pasa, dejamos de culparnos y empezamos a cuidarnos.


1. Apego

El apego es el vínculo emocional que desarrollamos desde bebés con nuestros cuidadores principales. Según cómo nos respondieron (si nos sentíamos vistos, sostenidos o ignorados), así aprendimos a vincularnos.

🔍 Hay varios tipos de apego, pero los más comunes son:

  • Apego seguro: confío en que los demás estarán para mí.

  • Apego ansioso: tengo miedo de que me abandonen.

  • Apego evitativo: no muestro lo que siento, me cierro.

💬 Entender mi estilo de apego me ayudó a ver por qué a veces tenía miedo al abandono o me costaba expresar lo que necesito en pareja.


2. Heridas de la infancia

No es solo lo que nos pasó, sino también lo que necesitábamos y no recibimos. Todos cargamos heridas: de rechazo, abandono, traición, humillación o injusticia. Estas heridas moldean nuestra personalidad y nuestras reacciones.

💭 Muchas veces, cuando exploto, lloro “sin razón” o me siento pequeña... no es por lo que pasó hoy, sino por lo que sigue sin sanar en mí desde niña.

💬 Ponerle nombre a mis heridas me permitió abrazarme con más compasión.


3. Disociación

Es un mecanismo de defensa. Cuando una experiencia emocional es demasiado intensa y no sabemos cómo manejarla, nuestra mente se desconecta. Nos vamos “mentalmente”, sentimos que no estamos presentes, o actuamos “en automático”.

🔄 Esto puede pasar en momentos de mucho estrés, ansiedad o trauma.

💬 Reconocer que disociaba me hizo entender por qué a veces sentía que “yo no estaba ahí” en mi propia vida. Ahora, en vez de juzgarme, me abrazo y respiro.


4. Regulación emocional

Es la capacidad de sentir nuestras emociones sin que nos desborden. No se trata de no enojarse ni de evitar el llanto, sino de poder acompañarnos cuando sentimos cosas intensas.

🧘‍♀️ Regularme para mí ha sido:

  • Ponerle nombre a lo que siento

  • Mover mi cuerpo

  • Llorar sin culpa

  • Buscar espacios de silencio

  • Ir a terapia

  • Hablar con personas seguras

💬 No es controlar, es comprender. Y poco a poco, dejar de pelear con lo que siento.


5. Reparentalización

Este término me conmovió cuando lo entendí. Es el acto de convertirnos en la madre o padre que necesitábamos cuando éramos niños. Significa darnos a nosotros mismos el amor, el cuidado, la paciencia y el consuelo que no recibimos en su momento.

💞 A veces, lo que necesito no es que alguien más me abrace, sino aprender a abrazarme a mí misma.


✨ Conclusión

No necesitas ser psicóloga para comprenderte. Necesitas valentía para mirarte con honestidad y ternura. Estos conceptos me han ayudado a dejar de juzgarme y empezar a acompañarme. Ojalá que a ti también te sirvan, te resuenen o te despierten alguna curiosidad.

👉 Cuéntame: ¿cuál de estos conceptos te hizo decir “wow, eso me pasa a mí”?
Me encantará leerte. Porque en este espacio, sanamos juntas.

No estás sola. Aprender a entendernos también suena a música.

“Querido niño,
nos encontramos frente a esa sonrisa del pasado.
Vamos a cambiar, tú y yo.
Vamos a reír más, será mejor...”🎵



El monstruo invisible que aprendí a mirar de frente: ANSIEDAD

  La ansiedad: esa palabra que muchos odiamos en silencio La ansiedad. Sí, esa palabra que muchos odiamos, tememos, evitamos, pero que algu...