💔✨ Cuando la ansiedad te habla al alma
Esa sensación que se instala sin avisar: una presión tan profunda en el pecho que parece que todo se va a derrumbar, esas ganas inmensas de desaparecer, de salir corriendo sin rumbo, de huir de ti mismo… No es simplemente “estar preocupado”. No. Es un grito del cuerpo y de la mente que nos sacude, nos paraliza, nos ahoga. No es un “algo leve” que desaparece con un vaso de agua; va más allá… mucho más allá.
Personalmente viví tres de los ataques más fuertes de mi vida. Momentos en los que me sentí atrapada, sin aire, sin un porqué. Fueron tan intensos que me hicieron decir en voz alta:
“¿Qué demonios estoy haciendo aquí? ¿Qué carajo me está queriendo decir la ansiedad?”
Antes, mi reacción era la huida: correr, esconderme, fingir que todo estaba bien. Pero aprendí algo transformador: la ansiedad no se aleja corriendo, llega caminando… Y si huyes, te pisa los talones. Así que decidí cambiar. Dejé de “huir” y empecé a atravesarla.
🌪️ Atravieso la tormenta
Cuando llega esa ola abrumadora:
Me detengo. Bajo el ritmo, no me exijo nada.
Respiro. Lentito, con intención, con cuidado… – inhala, exhala, una y otra vez.
La abrazo. Sí, le doy un lugar en mi pecho, la miro con compasión.
La escucho. Pregunto: ¿qué estás intentando decir? ¿qué necesitas que vea, que cambie?
La dejo pasar. Como una nube densa, que se irá. Yo me quedo.
Me recargo. Después, me rodeo de lo que me recarga: un té tibio, una caminata suave, una canción que me acaricia el alma, un abrazo (aunque sea auto-abrazo).
Y después miro, suave, hacia adentro. Soy testigo de mi propia vida, de mi propia humanidad. Me doy el permiso de sanar.
🌍 No estás solo: la ansiedad en el mundo
La ansiedad no es una experiencia solitaria. Es global, implacable, creciente:
Afecta a más de 301 millones de personas en el mundo (≈ 4 %).
Desde 1990, los casos han aumentado un 55 %.
En el primer año de la pandemia, hubo un incremento global del 25 % de diagnósticos.
Y aunque la presencia varía por país, en lugares como Portugal, Brasil, Irán y Nueva Zelanda es especialmente alta. Lo que para muchos sigue siendo invisible, para quienes lo vivimos es una presencia constante, y a menudo amarga.
Pero también es una puerta. Una puerta hacia el auto-conocimiento, hacia la compasión y hacia la reconexión con uno mismo.
🛠️ Herramientas que me reconstruyen
Estas son prácticas que me han sostenido, me han abrazado cuando más lo necesitaba:
Comer con consciencia: frutas, verduras, grasas buenas, semillas. Nutrir para sanar.
Mover el cuerpo: no se necesita energía para grandes rutinas, basta un paseo suave, un baile lento, estirar al cielo.
Vitamina D: clave para muchas personas. Estudios muestran que ayuda a aliviar síntomas de ansiedad, regulando neurotransmisores y reduciendo la inflamación. Puede ser ese pequeño impulso que tu cuerpo necesita para calmarse 🌞.
Terapia (mucha terapia): hablar, llorar, reír, entender los hilos que nos atraviesan. Reconectar cuerpo y mente.
Red de apoyo: familiares, amigxs, terapeutas. Puedes ser tú tu primer sostén, pero está bien aceptar la mano de otro. No eres un bicho raro por sentir lo que sientes.
Técnicas de respiración y meditación: reconectar con tu propio ritmo, con tu centro. Respirar es tu ancla, siempre.
❤️ Mensaje abrazador para ti
Amigx:
Respira, despacio.
No huyas, acompaña lo que sientes.
Siente sin juicio, con ternura.
Habla, aunque sea con tu propio reflejo.
Baila, aunque la música solo la sepas tú.
Busca ayuda, siempre. No lo lleves solx.
Reconócete vivx sí: eso que sientes también es energía, y mereces transitarla.
La ansiedad no es tu enemiga: es una mensajera imperfecta, pero con algo que decir. Cuando la atravesamos, lo que queda no es solo alivio… queda una versión más entera de nosotros.
💫 Para cerrar...
Permítete ser un ser humano con grietas, con miedos, con luz. Permítete pedir ayuda. Permítete sanar en comunidad y desde tu propio latido.
No estás loco. Estás respirando, y eso es suficiente.
✨ Aquí, entre estas palabras, hay un abrazo virtual para ti. Aquí estás en casa. Aquí, simplemente, estás.
Y estará bien. De verdad.
🌿✨
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